La semana pasada, luego de escribir el post "Una muestra más de la pérdida de valores", me comuniqué telefónicamente con la empresa SAN VICENTE SAT, que se encuentra en Burzaco.
Allí me atendió una señorita que muy amablemente me tomó la queja. Aproveché la oportunidad para consultarle a ella si los choferes de la empresa tienen la obligación de pedir el asiento reservado cuando sube una persona que reune las condiciones indicadas para hacer uso de ellos. Más aún cuando hay una normativa de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) que así lo indica.
Su respuesta, en verdad me sorprendió. Me dijo que no, que los conductores no tienen la obligación de hacerlo, pero sí, el inspector. Y me pregunté: ¿cuántos inspectores suben a un colectivo diariamente?. Sin embargo, estuvimos de acuerdo, que debería ser una "obligación moral". Pero, claro, no es obligación laboral...y se nota.
¿Que pasó?...antes era normal escuchar al colectivero pedir un asiento. Desde chico lo recuerdo. ¿Por qué ahora no?. Ojo, no puedo decir que esa indiferencia ocurre siempre, porque sería injusto. Hay choferes que, todavía, hacen cumplir esa norma. Pero, cuando no sucede, es un pasajero quién normalmente lo hace y, a veces, se genera una situación desagradable porque hay gente que se molesta -y mucho- cuando se le solicita su lugar; entablándose, entonces, una discusión (fuerte, en ocasiones) que bien puede ser evitada si fuera el conductor quien, desde un principio, interviniera. Convengamos que, en ese momento, es el responsable y la "voz" de la empresa.
En el tren, también lo he observado. Muchas veces ocurre que el guarda o el personal de seguridad no interviene para pedir un asiento. Y pocos somos los que lo solicitamos; y no porque todas las personas sean insensibles sino porque muchas tienen verguenza de hacerlo o miedo de cómo reacciona el otro, ante el pedido. Ya lo dije, la verguenza la tienen que sentir los que no ceden su asiento.
Por eso, siempre acostumbro a solicitarlo en voz alta, de forma amable, y dirigiendome a todos. Así, lo reitero varias veces, hasta que alguien lo cede. Siempre da resultado, aunque a veces tenga que repetirlo una y otra vez.
A pesar de todo, suelo ver con agrado que todavía hay gente que inmediatamente cede el asiento y, también, hay personas que lo solicitan. Y eso es bueno...muy bueno.
4 comentarios:
Es verdad, seguramente hay gente que tiene vergüenza de ceder el asiento; pero estoy de acuerdo en que debería dar más vergüenza no cederlo.
Siempre me acuerdo del que vendía sahumerios en el tren, hace bastantes años ya (fines de los 1990), lo bien que estuvo. Es difícil reproducirlo acá, pero me imagino que debe ser como vos lo explicaste.
Saludos,
Ignacio
Este blog está excelente!
Perdoná que no entré antes, pero no estuve utilizando internet por bastante tiempo.
La idea es brillante. Y espero que día a día más y más gente se adhiera, ingrese aquí, y se animen a cambiar su forma ver la realidad, cambien un poco sus valores (si los tienen un poco degradados), e intenten modificar las cosas para bien!
Con cosas tan simples como ceder un asiento se hace tanto bien! Si sólo lo supieran los desgraciados que prefieren la comodidad en perjuicio de los más débiles...
Ya les va a tocar la hora.
Mientras tanto, saludo su idea, es EXCELENTE!
Saludos!
Leonel
argentinapuedecambiar.blogspot.com
Que tal sr! me encanta la iniciativa. Ahora, por ejemplo hoy venia en el san marcho hasta las tetas y venian bastantes viejos y laburadores medio entre escabio y dormidos sentados, y subió 1 tipo con su crío. Tardaron 2 estaciones (10 min ) en darle el asciento. Yo mientras me debatía internamente cual es la forma de decir "no le das el asciento?" sin caer desagradable y a su vez de "priorizar" quien debía tenerlo. Casi hace falta un manual!!
PD: borrá el comentario anterior q es spam.
Hay que tener en cuenta que hay asientos reservados (por ley) para personas con capacidades diferentes, los cuales deberian estar libres (o liberarse inmediatamente) cuando sube alguien que lo necesita. Creo que esos asientos estan para eso, y solo en caso que los mismos esten ocupados, alguien del resto de los asientos tienen la obligacion (pero ya solo moral, creo) de dar su asiento.
Saludos y muy bueno el blog!
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